Los líderes juveniles tienen demasiadas preocupaciones que reclaman su atención. Todos tienen una opinión sobre lo que se debe incluir o cuál debe ser el enfoque del ministerio juvenil. En la Juventud Nazarena Internacional, usamos SÉ, HAZLO, VE para hacer un llamado y volver a las tres estrategias centrales que los líderes de la juventud nazarena han afirmado por muchos años: evangelismo (SÉ), discipulado (HAZLO) y desarrollo del liderazgo (VE). Esta serie de tres libros te ayudará a volver a imaginar cómo es el ministerio juvenil cuando los jóvenes se involucran activamente en el evangelismo, el discipulado y el desarrollo de liderazgo.
Con demasiada frecuencia, nuestros jóvenes le temen al evangelismo, y algunas veces compartimos muchos de sus mismos temores. Sin embargo, si no les ayudamos a desarrollar una visión saludable del evangelismo, podrían perder la oportunidad para que Dios influya en sus amigos y familiares y, literalmente, puedan cambiar su mundo. Involucrar a los jóvenes en el evangelismo te ayudará a verlo como una forma de vida y no solo una tarea espiritual que cumplir.
Es muy fácil suponer que el discipulado está sucediendo sólo porque nuestros jóvenes llegan a la iglesia. La realidad es que el discipulado puede ser una parte de todas las reuniones -ya sean formales o informales- si prestas especial atención para modelar el camino de Jesús e invitas a la juventud a seguir. Involucrar a los jóvenes en el discipulado te ayudará a pensar intencionalmente acerca de cómo estás creciendo en tu amor a Dios y a los demás, y cómo estás enseñando a otros a hacer lo mismo.
Para muchos, el desarrollo del liderazgo es un sueño no realizado en el ministerio juvenil. Esperamos un equipo de ministerio juvenil formado y dirigido por la juventud de nuestra iglesia, y sin embargo, a menudo es más fácil y rápido hacer las cosas por nuestra cuenta. Si bien podría ser más sencillo a corto plazo, le robamos a la iglesia muchos dones cuando no ayudamos a nuestros jóvenes a ver cómo sus talentos y habilidades son dones de Dios para la iglesia.